Batalla de Madrid

8 de noviembre de 1936: las tropas del general Franco cruzan el Manzanares e inician el asalto a Madrid

El 8 de noviembre de 1936 comenzó la Batalla de Madrid, uno de los episodios decisivos de la Guerra Civil Española. Aquel día, las fuerzas del general José Enrique Varela, procedentes del oeste, iniciaron el asalto directo a la capital. Los combates se concentraron en la Casa de Campo y el puente de los Franceses, intentando abrir paso hacia el centro de la ciudad.

El traslado del Gobierno y la defensa de la capital

El Gobierno de la República, presidido por Francisco Largo Caballero, había abandonado la capital la víspera, trasladándose a Valencia ante el riesgo de una inminente ocupación. La defensa de Madrid quedó en manos del general José Miaja Menant, al frente del recién creado Consejo de Defensa de Madrid, que tuvo que organizar la resistencia con medios escasos y fuerzas heterogéneas.

La situación era crítica: el ejército sublevado contaba con unidades experimentadas del Ejército de África, mientras que los defensores de Madrid eran, en su mayoría, milicianos y guardias de asalto. Aun así, la ciudad se preparó para resistir. Se levantaron barricadas, se fortificaron edificios y se organizaron batallones con voluntarios procedentes de todas las organizaciones políticas del Frente Popular.

Reclutamiento y llegada de las Brigadas Internacionales

Coincidiendo con el inicio del asalto, el 8 de noviembre, llegaron a Madrid los primeros contingentes de las Brigadas Internacionales. Estas unidades habían sido reclutadas y organizadas bajo la iniciativa de la Unión Soviética y de los partidos comunistas de distintos países europeos, actuando bajo la coordinación de la Komintern (Internacional Comunista). Los brigadistas procedían de más de veinte países: franceses, alemanes, italianos, polacos, británicos, estadounidenses o canadienses, entre otros. Muchos eran militantes comunistas o simpatizantes de izquierda que acudieron movidos por la defensa del “antifascismo internacional”.

Las Brigadas se integraron rápidamente en el frente de combate, destacando la XI Brigada Internacional, compuesta en gran parte por voluntarios alemanes y franceses. Su intervención resultó crucial en los combates de la Ciudad Universitaria, donde las tropas de Franco intentaban romper las líneas republicanas.

batallón edgar andré de la xi brigada internacional formando en moncloa antes de entrar en combate

Combates en la Ciudad Universitaria

Los enfrentamientos fueron intensos y prolongados. Los edificios de la Ciudad Universitaria —como la Facultad de Medicina o la Escuela de Arquitectura— se transformaron en fortines improvisados. La lucha se desarrolló cuerpo a cuerpo, con un enorme número de bajas en ambos bandos.

La intervención de las Brigadas Internacionales no solo tuvo valor militar, sino también propagandístico. Su presencia simbolizaba el apoyo extranjero a la causa republicana, aunque en la práctica respondía a la influencia política y logística de la Unión Soviética, que en aquel momento se había convertido en el principal sostén exterior del Gobierno de la República.

Un episodio decisivo de la guerra

La resistencia de Madrid impidió la caída inmediata de la capital y frustró los planes iniciales del bando sublevado, prolongando la contienda durante casi tres años. La Batalla de Madrid, iniciada el 8 de noviembre de 1936, consolidó la guerra como un conflicto internacionalizado en el que potencias extranjeras —Alemania e Italia en apoyo de Franco, y la Unión Soviética en apoyo de la República— tuvieron un papel determinante.

La llegada de las Brigadas Internacionales representó así el comienzo visible de esa dimensión internacional del conflicto, que convirtió la guerra española en el preludio ideológico de la Segunda Guerra Mundial.a

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