guerra civil en barcelona

Barricadas y resistencia: así comenzó la Guerra Civil en Barcelona

El estallido de la Guerra Civil Española en julio de 1936 tuvo en Barcelona un desarrollo muy distinto al de otras ciudades. Mientras en lugares como Sevilla, Zaragoza o Valladolid el golpe militar triunfó, en la capital catalana fue contenido y derrotado en apenas dos días, gracias a una combinación de resistencia popular, organización obrera y errores estratégicos de los sublevados.

Un clima de tensión

Durante la primavera de 1936, Barcelona vivía una situación explosiva. La victoria del Frente Popular había reforzado las esperanzas de la izquierda, pero también había incrementado la polarización. La ciudad estaba marcada por huelgas, atentados, enfrentamientos callejeros y una creciente movilización de la CNT-FAI, que mantenía una fuerte implantación en los barrios obreros.

En ese ambiente, el Ejército y sectores conservadores preparaban un golpe coordinado a nivel nacional. Cataluña, por su importancia industrial y estratégica, era uno de los puntos clave.

El 19 de julio: la sublevación

La rebelión en Marruecos había comenzado el 17 de julio, pero en Barcelona el golpe se puso en marcha en la madrugada del 19 de julio de 1936. El plan era que varias columnas militares salieran de sus cuarteles para ocupar edificios estratégicos: la Capitanía General, la Telefónica, el puerto, estaciones y centros de comunicación.

El general Manuel Goded, comandante militar de Baleares, llegó en hidroavión a Barcelona ese mismo día para asumir el mando de la insurrección. Su presencia buscaba unificar a las tropas sublevadas y garantizar el éxito de la operación.

La respuesta obrera y republicana

El Gobierno de la Generalitat, presidido por Lluís Companys, reaccionó con rapidez. Aunque inicialmente dudó en armar a las milicias obreras, la presión de la CNT y la UGT lo llevó a distribuir armas a los sindicatos y a las patrullas de defensa.

Las fuerzas leales de la Guardia de Asalto y parte de la Guardia Civil se sumaron a la defensa. En pocas horas, los barrios obreros levantaron barricadas, y las columnas de soldados sublevados fueron emboscadas en calles estrechas, donde la superioridad numérica y la iniciativa popular resultaron decisivas.

La derrota de Goded

Los combates se concentraron en torno a la plaza de Cataluña, la Via Laietana y la plaza de España. La Capitanía General quedó rodeada y sin opciones de recibir refuerzos. El general Goded, aislado, se vio obligado a rendirse al final del día 19. Desde la radio, en un mensaje bajo coacción, admitió el fracaso del golpe en Barcelona, lo que desmoralizó a los últimos focos rebeldes en Cataluña.

Goded fue sometido a un juicio militar y fusilado en el Castillo de Montjuïc el 12 de agosto de 1936.

Consejo de Guerra del General Goded

Consecuencias inmediatas

La derrota del golpe en Barcelona permitió que la ciudad y gran parte de Cataluña quedaran bajo control republicano, aunque en la práctica el poder efectivo pasó a manos de las milicias obreras, sobre todo de la CNT-FAI, que ocuparon fábricas, controlaron calles y gestionaron la vida cotidiana.

El fracaso en Cataluña supuso un serio contratiempo para los sublevados, que perdieron un núcleo industrial vital y un importante centro logístico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *