la voz 18 de julio de 1936

El 18 de Julio de 1936: el día que comenzó la Guerra Civil Española

El 18 de julio de 1936 no fue un día cualquiera en la historia de España. Fue la fecha en la que se consumó el levantamiento militar que daría lugar a una de las guerras más cruentas y trascendentales del siglo XX: la Guerra Civil Española.

Un país al borde del abismo

Durante la Segunda República, España atravesaba una grave crisis política, social y económica. La polarización era extrema: las reformas del primer bienio republicano habían sido revertidas parcialmente por el gobierno conservador de 1933-1936, lo que generó frustración en la izquierda. La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 volvió a agitar el país.

Aumentaron los enfrentamientos callejeros, los asesinatos políticos y las huelgas. En este clima de violencia, parte del Ejército, con el apoyo de sectores conservadores, monárquicos, carlistas y falangistas, comenzó a preparar un golpe de Estado.

El levantamiento militar

El alzamiento comenzó en la madrugada del 17 de julio en Melilla, en el protectorado español de Marruecos, pero fue el 18 de julio cuando se extendió a la península. Generales como Emilio Mola, Francisco Franco, Gonzalo Queipo de Llano y José Sanjurjo (que moriría en un accidente aéreo el día 20) lideraron el golpe. Franco, destinado en Canarias, se trasladó rápidamente al norte de África para asumir el mando del Ejército de Marruecos, la fuerza mejor preparada del país.

El pronunciamiento no triunfó en toda España. En regiones clave como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao o Asturias, las fuerzas leales al Gobierno —gracias al respaldo de sindicatos, partidos de izquierda y parte de las fuerzas de seguridad— lograron frenar el golpe.

De golpe fallido a guerra total

Lo que inicialmente fue un intento de derrocar al Gobierno republicano en pocos días se convirtió en una guerra civil a gran escala. España quedó dividida en dos zonas: la zona sublevada, bajo control militar y con apoyo de la Iglesia y de los fascismos europeos; y la zona republicana, que agrupaba a socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos de izquierda.

La guerra duraría casi tres años, dejando un saldo de cientos de miles de muertos, una devastación económica sin precedentes y profundas heridas políticas y sociales que marcarían a varias generaciones.

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