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El general Goded: el fracaso de la sublevación en Barcelona

El general Manuel Goded Llopis (1882-1936) es recordado como uno de los protagonistas —y a la vez una de las primeras bajas— del golpe de Estado que desencadenó la Guerra Civil Española.

Orígenes y carrera militar

Goded nació el 12 de octubre de 1882 en San Juan de Puerto Rico, pocos años antes de que España perdiera la isla en la guerra hispano-estadounidense. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, donde destacó por su disciplina y capacidad de mando. Participó en las campañas de Marruecos, ganándose fama de oficial competente y valiente.

En la década de 1920, ya como coronel, desempeñó cargos de responsabilidad en el Protectorado de Marruecos. Durante la dictadura de Primo de Rivera ocupó altos mandos y fue recompensado por sus servicios. Su carrera continuó con ascensos durante la Segunda República, llegando a ser jefe del Estado Mayor Central en 1935.

Del Ejército a la conspiración

A pesar de sus méritos, Goded chocó con el Gobierno republicano por sus posiciones conservadoras y su desconfianza hacia el creciente peso de las organizaciones obreras. En mayo de 1936, el presidente Casares Quiroga lo destinó como comandante militar a Baleares, un movimiento que pretendía alejarlo de focos como Madrid o Sevilla, donde se intuían conspiraciones.

Lejos de aislarlo, este traslado lo situó en un punto estratégico para el plan golpista. Cuando el 17 de julio se inició la sublevación militar en Marruecos, Goded preparó su intervención.

La misión en Barcelona

El 19 de julio de 1936, Goded partió en hidroavión desde Mallorca rumbo a Barcelona con la misión de encabezar el levantamiento en Cataluña. Su objetivo era doble: tomar el control de la Capitanía General y declarar el estado de guerra, asegurando la adhesión de las guarniciones catalanas al alzamiento.

Pero la operación fue un desastre. Las tropas leales a la República, junto con milicias obreras armadas por el Gobierno, respondieron con rapidez. El combate en las calles fue intenso, con barricadas, intercambio de disparos y ataques a los cuarteles sublevados. El edificio de la Capitanía General quedó cercado en pocas horas.

La rendición y el fusilamiento

Rodeado, sin refuerzos y con numerosas bajas, Goded comprendió que la sublevación había fracasado en Barcelona. Para evitar un mayor derramamiento de sangre, aceptó rendirse. Fue conducido prisionero al Castillo de Montjuïc, donde se le sometió a un consejo de guerra sumarísimo.

El Consejo de Guerra se celebró el 11 de agosto de 1936 contra el General de División Manuel Goded Llopis y contra el General de Brigada Álvaro Fernández Burriel. Ambos militares fueran sentenciados a muerte en el juicio celebrado en el barco prisión «Uruguay» anclado en el puerto de Barcelona. En la madrugada del 12 de agosto de 1936 fueran fusilados en los fosos de Santa Eulalia del Castillo de Montjuic. Según testigos, mantuvo una actitud serena y digna hasta el final.

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La caída de Goded y el fracaso del golpe en Cataluña fueron un duro golpe para el bando sublevado. Barcelona, con su poderosa industria y su importancia estratégica, quedó en manos republicanas, y las organizaciones obreras catalanas obtuvieron un impulso decisivo para controlar la ciudad y buena parte de la región.

El episodio mostró que, aunque el golpe triunfó en algunas zonas, en otras se encontró con una resistencia popular y militar capaz de derrotarlo en cuestión de horas.

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