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El General Mola: el “Director” del Alzamiento

En la memoria de la Guerra Civil Española, pocos nombres resultan tan ligados a la génesis del conflicto como el del general Emilio Mola Vidal. Hombre de disciplina férrea y de ideas claras, fue el auténtico cerebro de la conspiración militar que, en julio de 1936, prendió la mecha de una de las guerras más devastadoras de la historia contemporánea de España.

De Cuba a Marruecos: los orígenes de un militar

Mola nació en Placetas (Cuba) en 1887, cuando la isla aún era colonia española. Hijo de militar, siguió la tradición familiar e ingresó en la Academia de Infantería de Toledo. Su temple y capacidad de mando se forjaron en las duras campañas de Marruecos, donde combatió en la Guerra del Rif, escenario que curtió a toda una generación de oficiales españoles.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera alcanzó responsabilidades de peso y en 1930 fue nombrado Director General de Seguridad, lo que le situó en el centro de la política y la vida institucional de la Segunda República.

El conspirador del 18 de julio

Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, Mola se convirtió en el eje de la conspiración militar. Desde Pamplona, organizó el levantamiento y recibió el sobrenombre de “el Director”.

Su plan buscaba un golpe rápido y fulminante, pero la ejecución resultó caótica: el fracaso en varias ciudades derivó en una guerra civil abierta. A Mola se le atribuye además la célebre expresión de la “quinta columna”, en alusión a los simpatizantes que esperaban en Madrid la llegada de los sublevados.

La muerte en Alcocero

El 3 de junio de 1937, en plena guerra, el avión en el que viajaba Mola se estrelló en Alcocero (Burgos) debido a la niebla. Con Sanjurjo ya fallecido, era la única figura que podía equilibrar el liderazgo frente a Franco. Su muerte despejó el camino para que este se consolidara como Jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos nacionales.

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El legado del “Director”

Mola no llegó a ver el desenlace de la guerra que ayudó a desencadenar. Para algunos fue un militar pragmático que buscó restablecer el orden; para otros, el responsable intelectual de una tragedia que dividió España durante tres años.

Lo cierto es que sin Mola el levantamiento de 1936 difícilmente habría alcanzado la magnitud que tuvo. Su desaparición abrió la puerta al ascenso definitivo de Franco, figura central en la historia de España durante casi cuatro décadas.

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